Los holandeses tan locos como siempre. Es la segunda vez que lo veo, pero aún así no deja de impresionarme. Cada minuto apróximadamente alguien sube al escenario y se tira al público, unos mejor que otros. Incluso una chica subió, besó a pulpul y a joxemi y se lanzó al público.
Al terminar hablamos un poco con pipi y le pregunté:
- Qué os han parecido los holandeses, al principio poníais cara de susto cuando no paraban de subir.
- Lo que nos asustaba es las hostias que se daban al caer.
Y es que ciertamente algunos volaban directos al suelo.
Gorroño cogió una púa y una baqueta.
Jorge salió tan mojado como si hubiese estado dentro de una lavadora.
Y yo salí con moratones por todas partes, un chichón y la sensación de haber estado en un concierto genial.